domingo, 22 de abril de 2012

Silencio

En momentos de cierto bullicio, nos gusta jugar al Rey del silencio. Es casi mágico para recobrar la calma y tener un rato de relajación y sosiego.

Colocamos tres sillitas: la del centro es la del rey y las de los lados son para dos ministros. Para jugar han de estar callados y atentos. Comienza la profe siendo el rey. Señalando con el dedo, indica quién será uno de sus ministros, que sin hacer ruido irá a colocarse a un lado del rey; de igual forma, nombra al otro ministro que se coloca al otro lado ; por último, colocando la mano sobre la cabeza de uno de los dos, éste queda convertido en el nuevo rey. Se repite el proceso.



También nos sirve para el mismo objetivo, además de para discriminar las voces de los compañeros, el juego ¿Quién soy?.

La profe escoge  a suertes a un alumno, al que tapa los ojos; con el dedo señala a otro cualquiera (el más callado y atento, pues no se puede llamar por el nombre) que se acercará sin hacer ruido y preguntará ¿Quién soy? o ¿Cómo me llamo?. El que tiene los ojos tapados deberá adivinar  de que compañero se trata. Si acierta, el que se acercó pasa a ser el nuevo adivinador. Si no acertara, se intenta con otro compañero.
       

 En ambos juegos, los alumnos quieren ser escogidos y se mantienen atentos y callados para conseguirlo. No se pueden alargar demasiado pues pierden sus efectos, pero espontáneamente los eligen para jugar en pequeño grupo.

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